miércoles, 7 de septiembre de 2011

Dios.

Claro que te culpo, Dios,
por la muerte,
por la miseria,
por el dolor.
Si no a vos
a quién;
porque lo hiciste
a propósito
nos diste la razón
y un acertijo que esta
no puede resolver.
Pecamos,
decís,
y nos creas así,
tan nada,
con una facultad
que abarca
tu creación.
No me hables
de decepción,
de perdón,
de rezo,
de redención;
porque te culpo
te culpo a vos,
que fue tu mente
quien nos pensó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario