viernes, 24 de septiembre de 2010

Magia de un sueño.-

¡Qué libertad se siente estando solo entre el cielo y el suelo! ¡qué miedo! ¡qué soledad!
Mirando el etereo infinito y pensando que solo un corazon palpita dentro de este pecho...y fuera de él.
Temiendo a cualquier cosa que se mueva a nuestro al rededor,
porque todo es una amenaza, porque todo nos provoca más y más miedo...
Hasta que un tren, lejano, ruidoso, nos despierta de la mística ensoñación. Sus vagones iluminados con un brillo amarillento, arrastrados por la misma fuerza, pasan a gran
velocidad frente a nuestro ojos. Pasan, como si una inmensa linea curva comenzara de pronto a brillar en el horizonte. Pasan, aturden, y luego desaparecen, dejando solo el zumbido de un instante que no fue.
Y vuelve la soledad, la soledad que seguia alli, pero que ahora vuelve. Y el cielo, y el suelo, y un alma. Y el inmenso mar, y la oscuridad y un alma, y soledad, simplemente soledad.

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